Mis hijos llevan en la sangre la música, les viene de familia. Desde que eran bien pequeños van a solfeo al conservatorio. En unos días tienen la actuación de navidad. Han reunido a los padres y demás familiares y amigos en un auditorio que hay en la propia escuela para escuchar a nuestros hijos cantar y tocar los instrumentos musicales con temas navideños y tenían que ir todos vestidos de blanco y rojo, como quisiéramos pero de esos colores y es más complicado de lo que había pensado. Al final fui a una tienda del barrio que tiene como mayorista al Grupo Reprepol porque es un proveedor que ya conozco de hace años y adoro la moda que traen. Son unos mayoristas de ropa infantil con unos diseños y unos estampados preciosos.
Esta tarde es el recital en el conservatorio así que ya os contaré pero yo ya sé que me va a encantar, como madre, no puedo evitarlo.
La idea de apuntarlos al conservatorio empezó porque Iván, el mayor de los dos, desde que tenía dos añitos le diagnosticaron como que tenía principio de hiperactividad, y un compañero de mi colegio nos recomendó la música para ayudarle a relajarse. Y la verdad es que funcionó, he de decir que de vez en cuando si le dan un poco de ataques de hiperactividad ahora que es más mayor, pero el médico dice que seguramente hubiera sido mucho peor si no le hubiéramos apuntado a música, porque de esta forma se controla más él mismo, y ha aprendido a relajarse, ya sea tocando algún instrumento musical ( toca el piano y el saxofón), o cantando, o realizando deberes con música de fondo…
A continuación fue su hermana, Martina, que viendo lo bien que se lo pasaba decidimos apuntarla a ella también por el tema que os dije al principio de que les ayuda mucho a desarrollarse. Y la verdad es que sigue muy contenta, ella toca la guitarra y canta, muchas veces nos hacen conciertitos en casa, y estamos muy contentos la verdad( menos cuando se ponen a tocar a la hora de la siesta).
Porque la música es una parte fundamental en nuestras vidas, y nosotros que nos dedicamos especialmente a los niños nos hemos dado cuenta de lo que les puede llegar a ayudar desde tan pequeños. Y ya no me refiero solo en clase de música, si no en cualquier otra asignatura. Por ejemplo el profe de gimnasia les pone muchas veces música para cuando hacen los juegos o realizan el deporte que les toque, esto les anima mucho más a querer participar y lo hacen con más energía. En clase de plástica, yo les pongo música de fondo, música tranquila para que la vayan escuchando mientras hacen sus trabajos, y es que resulta que funciona, les calma, y según su estado de ánimo y junto a la música, te dibujan unas cosas u otras, usan unos colores u otros. Es muy curioso los que les puede llegar a influenciar.
Igual que a la hora de aprender, mi marido les enseña inglés, y es que llevan años probando métodos para ver cuál es el mejor para que aprendan inglés y se han dado cuenta que con música, canciones, poesía entonada con cierto ritmo… los niños se aprenden mucho mejor las palabras, y entienden mucho mejor las lecciones. Porque juegan, cantan, bailan se lo pasan bien, y a la vez indirectamente están aprendiendo sin darse cuenta, me encanta verles cuando se van a casa cómo van cantando la canción que se les ha enseñado ese día, por ejemplo ayer salían del cole cantando una canción de las preposiciones. Se les mete en la cabeza y aprenden y están todo el día luego en casa cantándolas.