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Bajo el sol de Sitges

Si hay alguien que no conoce Sitges le recomiendo que lo haga. En España contamos con muchísimas ciudades costeras turísticas donde poder disfrutar de unas relajadas vacaciones: desde Benidorm hasta Marbella o Jávea, pero nada comparable a Sitges, bajo mi punto de vista. Todos los años, en época estival, suelo ir a pinchar un par de veces a esta preciosa ciudad y no me canso nunca de hacerlo.

Normalmente, los DJ´s que nos dedicamos a esto de manera profesional y no amateur, viajamos mucho. No creáis que es un lujo, hay veces que no apetece nada pero tenemos que hacerlo porque “pinchar” es nuestro medio de vida. Yo, gracias a los dioses, por ahora puedo decir que no tengo problemas económicos y mi sustento proviene de un trabajo que me  gusta, aunque no todos tienen la misma suerte, lo sé.

Por todo esto, y muchas otras razones, en cualquier otra ocasión escribiría un artículo hablando de Sitges, de sus fiestas y de su música alabando esta magnífica ciudad, pero hoy vengo a contar cómo una mala organización causó graves problema en el último evento donde tuve ocasión de trabajar.

Un local muy conocido de Sitges, muy chill out (puede que algunos lo reconozcáis con mis señas), contrató mis servicios hace un par de semanas para pinchar en un evento diurno que iban a montar para promocionar la reforma de la terraza del local que da directamente a la playa. La hora de inicio se programó para las 12 del mediodía y finalizaría a las 2 de la mañana. Un evento con 7 DJ´s donde se sirvieron cócteles, cubatas, cervezas, zumos, platos de paella para comer y barbacoa para cenar y a pesar de saber que todos los invitados iban a estar muchas horas al sol, la terraza sólo contaba con unas 8 o 9 sombrillas de estas grandes blancas y, el resto, a pleno sol.

Hubieron lipotimias, mareos, gente que se marchaba a casa con quemaduras por el sol (sobre todo en los hombros) y sólo los que vinieron a partir de las 7 de la tarde pudieron aguantar hasta el cierre, a pesar de que muchos habían comprado la entrada del día completo.

Todos, incluidos los trabajadores contratados, nos quejamos a la dirección y se excusaron diciendo que el instalador que iba a ir días antes a poner un toldo de loneta en la mitad de la terraza les había fallado. En menos de cinco minutos les di el teléfono de tres empresas más de Barcelona, incluso me dio tiempo a  buscar comentarios y referencias en foros ya  seleccionar a Toldos Clot como una de las mejores, pero ellos no habían tenido tiempo de hacerlo ¿verdad?

Nos negamos a trabajar de nuevo

Tanto yo, como otros DJ y camareros se negaron a trabajar el segundo día para el que nos habían contratado, el siguiente fin de semana, para una fiesta de promoción en el mismo local de una bebida “espirituosa” a menos que instalaran un toldo y ¿sabéis lo más cómico? Pues que nos hicieron caso, subsanaron el error y el viernes por la tarde estaban instalando el toldo para el evento del sábado y, cuando llegué para hacer las pruebas de sonido y volver tocar un poco la mesa con otros colegas me acerqué al trabajador que estaba con el toldo a preguntarle de qué empresa venía y… ¡Tachán! Toldos Clot…. ¿Tanto les habría costado llamarlos la semana anterior?

Hay veces donde a la gente sólo le importa ganar dinero y da lo mismo a costa de qué o de quién, y tenemos innumerables ejemplos de ello en este país pero no voy a entrar, porque eso da para un nuevo artículo, aunque no tenga nada que ver con la música ni con el mundo DJ.

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Matej Kastelic / Shutterstock.com

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