Arte es todo lo que el hombre (y la mujer) llama arte.
Dino Formaggio
La música es una forma de expresión, capaz de transmitir emociones y de cautivar, y por lo tanto, un arte. La música exige destreza, conocimientos y técnica, pero también creatividad, armonía y sentido estético o estilo musical.
¡Cuidado con la música! Decía Nietzsche en su obra Humano, Demasiado Humano, porque la música, levanta pasiones, es una hechicera y eso lo sabía bien el filósofo alemán, obsesionado durante un tiempo por la música de Wagner, y que llego a afirmar que sin música la vida sería un error. Nietzsche concede a la música un carácter metafísico, origen de lo trágico, manifestación de lo dionisíaco y máxima expresión de la voluntad de poder, de la voluntad libre y creadora y del devenir o eterno retorno, que nos devuelve el sentido de la tierra.
La música y el arte están intrínsecamente relacionadas, y de hecho la música se nutre de las diferentes disciplinas artísticas y viceversa. Como pintora y apasionada de la música, tengo que admitir que en mis obras, la música tiene un importante protagonismo. La música inspira toda mi obra con su enorme efecto catártico y liberador, creativo. Es un constante renacer.
La música hace desatar con una significatividad más alta toda pintura (…) más aún, toda escena de la vida real y del mundo (…) a la música se le pueda poner debajo una poesía como canto, o una representación intuitiva como pantomima, o ambas cosas como ópera
Nietzsche
No hay día que no dedique un tiempo a pintar y siempre, con música. Mi favorita, la música clásica, pero no es la única, muchas de mis mejores obras las he producido con música punky o harcoreta. De mi taller de pintura sale música de todo tipo, y mucho calor, por eso me hice con un aparato de aire acondicionado con un diseño que permite camuflarlo con una lámina o fotografía, y de esta forma no rompe la armonía del cuarto. Y el sonido que produce es mínimo, ha sido una suerte encontrar un aparato de esas características, que descubrí en la red, un Split de Eficiencia Bioclimática, una empresa de Madrid que cuenta con un equipo de instaladores altamente cualificados y autorizados para la instalación y mantenimiento de calderas y sistemas de refrigeración.
La música del cine
Si existe una forma de arte que de verdad se alimenta de la música, esta es el cine. La música ha acompañado a toda producción cinematográfica desde sus orígenes, incluso antes del cine sonoro, la música ya estaba allí, transmitiéndonos significado, ayudándonos a comprender las emociones de los personajes y describiéndonos cada situación.
La primera película sonora de Fritz Lang, titulada, M, El vampiro de Dusseldorf (1931), es también una de las primeras cintas producidas con sonido (la primera es El Cantor de Jazz, 1927) y llama especialmente la atención la forma que tiene de relacionar el tema In The Hall Of Mountain King, de Edvard Grieg, con el terrible asesino, y que además es el único tema musical de toda la cinta. El atormentado pederasta silbaba este tema justo antes de abalanzarse sobre una de sus víctimas. Realmente una forma original y diferente de sacar partido a una melodía, que como ya hemos dicho, es la única que aparece en la peli.
En La Naranja Mecánica, la música es un elemento motivador para la agresiva banda de Alex, en sus sesiones de ultraviolencia y que simboliza la despreocupación, la falta de empatía y de sentido de la moral, de esos agresivos delincuentes que reparten palizas a ritmo de la 9ª Sinfonía de Beethoven, La Gazza Ladra de Rossini o Singing in the rain (musical).
La idea de la música como leitmotiv, como motivo conductor que asocia una determinada melodía con un sentimiento, situación o personaje, puede observarse a lo largo de toda la historia del cine, desde el cine mudo.
Aún hoy en día la música de cine se enhebra con “leitmotiv” (…) facilita al mismo tiempo la labor del compositor en medio de la apresurada producción: se limita a citar en donde, en otro caso, debería inventar
Adorno y Eisler