Tendemos a pensar que, cuando una persona va haciéndose cada vez mayor, pierde muchas las facultades que otrora tenía y también pierde muchas de las ilusiones que en otro tiempo le hicieron salir adelante. Negarlo sería engañarnos a nosotros mismos. Hay muchos casos que lo demuestran. Pero, sin embargo, también existen muchas maneras de hacer que esta situación no sea tan grave y sus efectos tan grandes en la salud y en el ánimo de nuestros mayores. Eso es por lo que tenemos que luchar.
Ha habido mucha gente que ha estudiado cuál es la mejor manera de que las personas que cuentan con una edad avanzada puedan desarrollar una mejora en lo relativo a su salud física y mental. Una de las conclusiones de varios especialistas conduce directamente a la música. La música, ya sea porque incita a la danza y al baile o porque se mete en la cabeza de la gente haciendo que mejore su memoria, es uno de los beneficios de los que se puede sacar más rédito en un momento como el que vivimos en la actualidad.
La música es una de las mejores medicinas para todo el mundo y los ancianos no son una excepción. Un artículo publicado durante el pasado mes de octubre en el diario El Plural hacía referencia a que había nacido el proyecto Trébede, que tenía el objetivo de conectar generaciones a través de la música, algo que permite a los mayores no sentirse tan mayores y que, de paso, les conecta directamente con una generación de jóvenes que, sin lugar a dudas, tiene muchas cosas que aprender de ellos.
La música presenta unos beneficios para la tercera edad que se hicieron patentes a través de un artículo publicado en la página web de Eroski Consumer. Dice este texto que, en la tercera edad, los músicos tienen una capacidad auditiva mucho mejor y que son capaces de oír y conversar en un ambiente ruidoso, algo que desde luego es una soberana ventaja y que no habla mal precisamente de ellos a pesar de la edad que puedan tener. La mejor en la capacidad de aprendizaje y comunicación que se desprende de la música también ayuda de un modo tremendo a esta clase de personas.
La música es a día de hoy una de las mejores distracciones para nuestros mayores y también una de las mejores maneras para que no pierdan su capacidad de moverse y de recordar letras y notas, luchando de este modo contra una enfermedad como lo puede ser el Alzheimer. Esto es lo que nos han contado recientemente desde San Vital, una de las entidades que en España muestra una mayor relación con este grupo de edad. La música, junto con otras materias, es la clave para que los ancianos no sientan que el paso de los años acaba con ellos.
Útil también para conseguir la felicidad
La pérdida de la ilusión que experimentan muchos de nuestros mayores conlleva que la felicidad que pudieron haber experimentado en otro tiempo se haya perdido. Sin embargo, existen maneras de recuperarla y en este sentido también puede entrar un elemento de la talla de la música. La música no es sólo un deleite para los oídos, sino también para el cuerpo si se baila y para entablar amistades con personas cuyos gustos sean los mismos que los nuestros. En los mayores, eso es fundamental.
Cada vez más personas se dan cuenta de que la música es un elemento indispensable en sus vidas. Los jóvenes la usan para salir a correr y la disfrutan también saliendo los fines de semana. Los adultos la consideran fundamental a la hora de viajar en coche. Y los mayores la necesitan para venirse arriba y que no decaiga ni su estado físico ni su salud mental. Muchas entidades que tratan con personas mayores ya se han encargado de implementar este tipo de asuntos.
Es imprescindible que esa implementación se produzca cuanto antes porque las ventajas de este asunto se van a experimentar de cara no solo al presente sino también al futuro a corto, medio y largo plazo. La música es la llave de la felicidad para muchas personas y es necesario que esas personas tengan acceso, con independencia de su condición y de su edad, a ese gran invento que nos ha dado la vida como lo es la música, una música que también es libertad y que permite que todos tengamos un motivo más para sonreír.
