Hace poco estuve en un spa en Barcelona donde me sentí muy a gusto y la verdad es que esa sensación que tuve quisiera repetirle muchas más veces en el futuro, así que pensé en hacer una lista de cosas que me relajan y compartirla también con vosotros para que podáis tirar de ella en esos momentos en los que os sintáis estresados y desbordados por la cantidad de tareas que la vida nos pone por delante.
- Ya que estamos aquí, diremos que la música es uno de esos factores que nos ayudan a relajarnos en cualquier momento de la vida. Está claro que según el tipo de música que escuchemos también puede conseguir el efecto contrario, por eso se recomienda por ejemplo no salir a correr con una lista de reproducción melancólica, ya que bajará nuestro ritmo de carrera. Pero al igual que sucede en las clínicas dentistas, donde los doctores nos ponen una música lenta para que nos tranquilicemos y perdamos el miedo, por dar un caso, hay diferentes melodías o grupos que pueden tener sobre nosotros un efecto relajante.
- El agua, como me ocurrió a mí en el spa Evasiom de Barcelona tiene también un efecto sobre nuestro organismo que puede aportarnos paz. Se recomienda que si lo que buscamos es esto, utilicemos el agua caliente. Y es que no es necesario siquiera el acudir a un spa, ya que también un baño con agua caliente en casa puede ayudarnos, aunque obviamente no será tan placentero.
- Los masajes son también una fuente de relajación para muchas personas, que se dejan llevar por las caricias en la piel y se evaden de las demás preocupaciones del día a día. Aunque aquí hay una cierta controversia, ya que algunas personas apuntan que se ponen muy nerviosas cuando otro las toca, y más si es un desconocido, por lo que en realidad su cuerpo se queda como en tensión y no llegan a sentir en ningún momento esa paz de la que hablamos.
- Dicen que el sonido de los pájaros nos ayuda también a dormir, o los sonidos de la naturaleza en general. De hecho, hay cintas y cedés que nos venden este tipo de sonidos para dormir de manera más relajada. Yo, por mi parte, he decir que en mi caso, y creo que en el de mucha más gente con la que he hablado, no funcionan, ya que me distraen de la principal tarea que es dormir. Me resultan más bien molestos. De hecho, aquí enfrente de casa tengo unos árboles donde se han instalado unas cotorras que me levantan de la cama cada mañana y despiertan en mí un instinto de odio por falta de descanso.
- Un buen paseo puede resultar también relajante. Para esto, desde mi punto de vista, lo mejor es hacerlo a las afueras de la ciudad, o en una especie de circuito, por así decirlo, como puede ser una ruta de montaña o una playa. Donde simplemente sigamos hacia delante sin preocuparnos de si vienen coches ni de si nos chocamos con multitud de personas.
- Y por último, una buena siesta sin reloj relaja a cualquiera. Echarse en el sofá después de comer sin poner el despertador, sabiendo que podemos dormir lo que nos haga falta sin estar pendientes de levantarnos a una hora concreta para hacer tareas es uno de los placeres más relajantes que encontramos en la cultura española.