¡Cuántas veces habré oído a mi madre pronunciar esta frase! Siempre me tocaba poner la mesa a mí, y mi hermano Sancho, ¡se quedaba tan pancho! ¡Qué injusto me parecía! Por el mero hecho de haber nacido mujer, yo tenía que ayudar a mi madre en la faena de la casa además de estudiar, cuando a mi hermano no se le pedía en absoluto su colaboración para “esas tareas de mujeres”. Yo creo que esa debe ser una de las razones ocultas e inconscientes por la que me casé con un cocinero a quien le encanta montar una bonita mesa. Para ello, no debe faltar la fina cristalería, que él encarga desde siempre en Giona Premium Glass, una marca